lunes, 31 de marzo de 2014

Plan de vuelo o cómo sobrevivir a la hostia de tu vida.

'Soy una chica con suerte y puedo enseñarte los golpes'.
IrenneX.



Un solo golpe de mala suerte da para escribir diecinueve días y todas las noches de tu vida.
Un solo golpe de mala suerte da para llorar todos los poemas que derramen tus manos.
Un solo golpe de mala suerte da para muchas canciones que odiar.
Un solo golpe de mala suerte da para masturbarte durante cien años de soledad.



Un solo golpe de mala suerte da para ser yo,  y seguir respirando. 
Un solo golpe de mala suerte da para volver a engañarme.
Un solo golpe de mala suerte da para sangrar recuerdos o vomitar olvidos. 
Un solo golpe de mala suerte da para ser mi niña interior pataleando pidiendo socorro 
o una puta caricia que llevarse a la boca.  
Un solo golpe de mala suerte da para cartas de amor y un montón de dudas. 
Un solo golpe de mala suerte da para bailar desnuda delante del espejo y que todo lo malo, por un segundo, valga la puta alegría de verte sonreír. 
Un solo golpe de mala suerte da para mil poemas de amor y muchas canciones desesperadas.
Un solo golpe de mala suerte da para ser gata fiel a recuerdos de pasado mañana. 
Un solo golpe de mala suerte da para echar de menos una ciudad perdida de la mano de nadie.

Un solo golpe de mala suerte da para esconderse en algún rincón de un polvo perfecto en cualquier ciudad que no lleve escrito tu nombre.


y d-escribirme un poco a mí.

Un solo golpe de mala suerte da para salir corriendo y que no te pille nadie.
Un solo golpe de mala suerte da para desaparecer y desvincularte de cualquier intento absurdo de algo parecido al amor.  
Un solo golpe de mala suerte da para hacerte el amor y hacérselo a los cerezos de Neruda. 
Un solo golpe de mala suerte da para ser golfa y zorra y tu puta madre.
Un solo golpe de mala suerte da para hacerle trampas al sol y querer los inviernos sin sol de Escandar.

Un solo golpe de mala suerte a mí me da para sobrevivir y poder contártelo.
Un solo golpe de mala suerte a mí me da para reinventarme mil noches y alguna más.
Un golpe de mala suerte a mí me da para primaveras esperando inviernos,
me da para que me de igual todo, para tiros en las rodillas, moratones en la espalda y escapadas de mí.

Un solo golpe de mala suerte a mí me da para sonreír a la muerte cara a cara 
y pedir amor en tiempos de guerra.


Esto te pasa por no pensar en las consecuencias de querer por encima de tus posibilidades, por creer y confiar en palabras vacías de gente más vacía aún. Como dice mi madre: 'esta vida es muy cabrona, y la gente es muy cobarde.' Y toda la razón. 

Y así todos los días, que te cruzas con este tipo de gente que te raja de arriba a abajo. Y en fin. Esas personas conformistas y tan falsas con ellas mismas que se engañan hasta cuando se miran al espejo; y qué pena que haya gente como yo, que se lo cree todo. Ilusa de los cojones. 

Esto me pasa por tonta, pero te juro que no me va a volver a pasar. Y también te prometo que esta es la última vez que quiero desde tan lejos. Que para zorra hija de puta, yo. Y que como yo, ninguna.
 Y que te vaya bonito, y que ojalá sonrías y encuentres el amor y toda la felicidad del mundo, pero que toda esa felicidad te explote en la cara cuando, un día, de repente, gires la cabeza y no puedas evitar pensar en mi. Y no puedas evitar pensar que ella, no soy yo. Y que sigas durmiendo bien por las noches, si es que puedes. Yo mientras me agarro a ellos, y a los abrazos a kilómetros y a las personas que me besan los párpados y me arrancan las sonrisas.

Y te doy las gracias por desaparecer de mi vida. Soy ruinas, pero preciosas. Y ya no son tuyas. Se acabó el concierto, que ya hemos llorado bastante y gritado lo suficiente. 


Ahora me voy a follar los límites y el tiempo.
Y a esperar. Esperarme a mí.
Y hacerme mucho el amor. Y que me lo hagan. A todas horas. 
Y a confiar en que un día, cualquiera, te des la vuelta y veas que ya no estoy. 


Y QUE COMO YO, NINGUNA.

Sábado 5:37A.M



Me sigue durando la resaca del sábado. Porque hay resacas y resacas. 
Y esta va de personas bonitas, poesía, vino, amigos, sonrisas, Las Ramblas, 
y la bonita de Barcelona, muchas risas, besos, sorpresas y. 

Luego están las otras resacas. 

Las que son un poco hijas de puta, y duran más de lo que tardo en dormirme,
que suele ser demasiado. 
Son esas en las que piensas:
'ojalá no me hubiera bebido la botella entera yo sola'. 

Pero sí. Y te duelen los pies, la cabeza, la garganta y hasta el corazón que ya no tienes.
Cosas.
                    
Pero que alguien me saque a bailar y mañana ya veremos. 








domingo, 30 de marzo de 2014

Todo lo que tenías que haber vivido entre mis piernas.



Lo más bonito de tu ropa era el momento en el que te la quitabas, la esparcías por la habitación y lo llenabas todo de amor.

Y lo peor de que llegaras era que después te ibas.

Y lo peor de que te fueras es que no volvieras, y yo me quedase sin lo que más me gustaba de mí, el contigo.

Cómo no te iba a querer si sacabas lo peor de mí para poner lo mejor de ti.

Solo me quedaba coserme la boca para no pedirte una noche más y tener que jurarte que me quedaría contigo en esa habitación empañando los cristales para dibujarte corazones.

Querernos más que menos y dolernos menos que más.

Despedirnos de la violencia del adiós y gritarnos en silencio que ya no hay guerras que luchar porque las cortinas están cerradas y estás dentro de mí.

Sospechábamos del tiempo que nos miraba de reojo y sonriendo y dudábamos de que los kilómetros al final supusieran el final; pero allí dentro, de mí, estábamos como en casa.

Como en una utopía permanente de cielos claros y soles de verano.

Tu voz era mi abrigo; tus ojos la casualidad más bonita de mi vida.

Pero lo peor de que llegaras era que después te ibas.

Y lo peor de que te fueras es que no volvieras.

Y que yo me enamorara hasta de tus miedos, que me jugara mi sonrisa contra el destino y que no me importara perderla en un cara o cruz.

Porque siempre fuiste eso: un cara o cruz; una caricia o un portazo; un pares o nones poniendo mi corazón en juego y mi mano sobre el fuego.

Y perderlo todo.

Y continuar sangrando aún sabiendo que no tengo ni una maldita excusa para quedarme a tu lado, ni un jodido perdón por tu parte,

Y darme cuenta de que uno más uno no era igual a nosotros.

Y que por perderte me haya perdido a mí, no te lo perdono;

No te perdono haberme empujado a quererte sin remedio y a saltar por un precipicio aún sabiendo que no llevaba paracaídas.

Te habría follado a poesía hasta quedarme sin palabras, pero ya me ves; ahora solo sé escribirte y poner un punto y final a algo que ojalá no hubiera terminado nunca.

No me quedan fuerzas,

ni ganas,

ni lágrimas para decirte adiós;

solo voy a escribir todo lo que deberías haber vivido entre mis piernas para que te des cuenta del mundo que te has perdido
.

sábado, 29 de marzo de 2014



Se me están empañando los ojos
ya no veo ni lo que escribo;
pero te sigo escribiendo.

pero...

aquí sí hay 'peros' que valen más que lo que fuimos nosotros.

Me asfixia pensar que te has cansado de esperar,
me ahoga sentir que esto está tan roto como las medias que nunca me has arrancado.


Todavía te echo de menos. Y qué putada. 

Eres la putada de mi vida. 

Esa clase de putada que no te dejan dormir,
de las que te hacen querer seguir despierta para soñar. 

Como la putada de salir de la ducha cuando hace mucho frío 
o andar descalza por un suelo helado. 
Como la puta canción que te no sale de la cabeza,
o la putada de tener prisa y no encontrar las llaves. 
 
La putada de quererte cerca y tenerte lejos,
la putada de esas mentiras que eran mentiras de verdad. 
La clase de putada que hace que te de igual lo demás. 

La putada de que me faltes cuando todo el mundo me sobra. 

A mis veintipocos he saboreado gargantas rotas, me he metido en corazones hasta mancharme los tobillos, he deshecho el amor que me ha costado la muerte y me he enamorado hasta el punto de no querer otra cosa que querer.

La vida me tiene preparado un montón de tabaco, conciertos de rock&roll y corazones desnudos dispuestos a tener un par de cojones para quererme por todos los que no me han querido;
por todos los que han jugado con la niña que llevo dentro que está muy enamorada del amor y ahora no hace más que pedir socorro.


Y yo estoy dispuesta a abrirme y a morir, por cuarta vez,

si eres capaz de cantarme mi canción favorita susurrándome al oído, solo por verme sonreír. 




martes, 25 de marzo de 2014

Absurdo relato de un error o autorretrato de una suicida.



Coge aire que te vas a enamorar.

Pero nunca nadie te avisa de que después te va a faltar -el aire- y te va a sobrar todo lo demás,
que te vas a asfixiar, 
te vas a poner morado de hostias que te van a dar.

Como tú,

a mi.

Te definiría como el error de mi vida,
como un verso que no he besado,
como un tropiezo mal dado,
como una resaca que no he sabido vomitar del todo.

Tenías que mentirme para tenerme,
y me tuviste de verdad;
hasta que descubrí que las mentiras tiene la polla muy caliente, 
las manos muy inquietas, 
la mente fría, 
y los sentimientos rotos.

Como tú.

Me lo tragué todo sin mirar, 
sin respirar;
como el que se tapa la nariz para no saborear
pero yo te miré y te respiré;
y te tragué saboreándote con gusto.

Te quedaste en mi paladar, en mi lengua, en mi garganta, en mi esófago, en el estómago.
Me invadió la sensación más humana del mundo, me dejé la piel y las costillas por el camino;
y tú me violaste la boca y los ojos con esa lengua colmada de veneno.

Después de varios poemas, 
muchos tabaco, 
algunos vinos de más, 
canciones de lágrimas 
y algún polvo perfecto 
todavía no he aprendido a decirte adiós 
pero no sabes cuántas veces me lo he imaginado.

Que salga el sol por donde hieres,
que se me salga el sol por la boca;
porque estoy herida de vida sin ti;
pero tú estás herido de muerte con ella.

Perdona, es que me he visto queriéndote más de la cuenta y me he odiado por eso;
y odiarme a mí es odiarnos a los dos.

Todo parece que es ayer,
pero la rabia del principio solo es la nostalgia del final.


Ahora, así, a lo lejos -como siempre- a kilómetros de frialdad, desamor y puñaladas
queda un camino de vuelta precioso que ojalá te sepas de memoria;
'porque no estoy para tonterías, pero tú puedes volver cuando quieras.'

La putada es que nunca te quedó claro que la ruta de mis piernas era casa 
y que no hacía falta llamar al timbre para salvarte;
que podíamos joder a los vecinos llegando tarde al orgasmo 
y no me aprendiste como si fuese la palma de tu mano.

No te sabes mis lunares de memoria,
no te desquician mis manías,
no me preparas el desayuno,
no me cantas a susurros,
no me desvistes con la mirada,
no me acaricias el pelo, ni me das la mano;
pero espero que te la próxima vez que te corras, estés pensando en mi.
Que me inventes en tu cabeza,
que te drogues de mí,
que no me entiendas pero me escribas,
que te enciendas pensando en mis labios,
y no te evites al verte imaginándome.


Todo parece que es ayer,
pero la rabia del principio solo es la nostalgia del final.



'Al final, te estaré esperando
allí donde acaba este trago amargo;
al final, te estaré esperando
y me dirás si me he perdido algo.'


y lo peor es que lo siento 
y me siento a esperar,
y me hago cada vez más pequeña,
más diminuta, 
más minúscula,
porque a cada hoja que florece te veo más lejos,
más allí y menos aquí.


Porque todavía no te has subido a cualquier autobús para convertirme en mayúsculas,
para dejar de lado la puta indiferencia y correrte para mí,
para hacernos arder en el frío de Barcelona,
y asaltarme a corazón armado pidiendo la rendición de toda mi ropa ante ti.


No sé cómo desdecirte,
cómo desaprenderte,
cómo desonreírte,
cómo desquererte cerca,
cómo desoñarte,
cómo desdibujarte.
No sé cómo despedirme.

Me propongo un plan:

dejar de buscarte,
parar de escribirte,
olvidarme del 'para siempre',
deshacerme de la idea estúpida de girarme para encontrarte,



y, sobre todo,


 coger mucho aire porque la hostia no ha hecho más que empezar.

jueves, 20 de marzo de 2014

Podemos inventar una estación entre el invierno y la primavera;
del veinte al veintiuno de marzo. 

Que dure lo mismo que un concierto de rock
o que el polvo mágico en el que pierdes todo el sexo acumulado en la comisura de tus labios. 


Bailar debajo de los cerezos sonrojados que nos miran,
envidiosos,
cómo nos amamos. 

También podemos querernos sin permiso,
pero con cuidado;
bien y hasta el fondo.
Tirarnos muchas piedras y declararnos culpables,
sin esconder las manos. 

Derramar sentimientos en una confesión de media noche a la luz de una copa de Ginebra mal echada y con media sonrisa del que escucha incrédulo las verdades que asoman de esa boca llena de lágrimas. 

Podemos hacer planes para luego deshacerlos,
y comernos la boca a modo de desayuno,
siempre y cuando nos quede hambre para lamernos las costillas
y hacernos cosquillas con la mayor intención de hacernos reír para que,
cuando te vayas,
por lo menos me quede eso: la intención.

Curar cualquier síntoma de amor que se me pueda subir a la cabeza
y no dejarme llevar por el primero que venga jurando un mundo mejor.

A veces, me veo bailando desnuda en la ducha con una sonrisa en la boca -del estómago-
y me pregunto a quién se debe.

Una noche voy a decidir que por cada deseo de pestaña no cumplido,
'un tequila;
y sal de mi vida
con limón.'
Ya verás -borroso- como se nos puede dar de puta madre lo de volar sin alas y caer de risa.
Deprisa. 

Aspirar a ser nadie en tu vida para ser todo en la de alguien,
jugar a ganarnos sin perdernos;
porque puedo jugar contigo al escondite
pero solo para que me encuentres
porque jamás me escondería de ti,
ni te la jugaría porque no quiero perdernos. 

Insinúame,mientras te pones cachondo,que solo necesitas un beso en la frente y que te meta la mano en el pantalón para imaginarte un invierno de sexo sin frenos y con muchas curvas. 

No me bailes el agua,
bébetela en mi ombligo;
prométeme que no me romperás el corazón,
y que si lo haces solo sería para poder tener más trozos de mí. 

¿Me escuchas? 

que digo que podemos inventar una estación entre el invierno y la primavera;
que dure un poema bien escrito o una carcajada de suerte o un beso en la mejilla.

Compartir un poco de placer y ponernos hasta arriba de polen,

que la primavera está a la vuelta de la esquina; 
como los camellos,
y yo necesito mi dosis.


Irnos a Roma solo para volver a casa porque todos los caminos me llevan a ti.

Declararnos culpables de querer.
Querernos salvar o morir en el intento.

¿Me escuchas?
Podemos inventar una estación entre el invierno y la primavera;
una estación que dure todo lo que te quiero.

Podemos inventar una estación.

De tren,
o una parada de autobús para columpiarnos. 

Esquivar el tiempo



 y morir de un amor eterno que dure lo que tarde en llegar el autobús.

martes, 18 de marzo de 2014


Esto más que una jodida historia es una historia muy jodida;
pero es la historia de mi vida;
 que me jodan.



Hay noches que me acuesto con el vacío de tu ausencia en el pecho. 
Latiendo más fuerte que el corazón,y claro,solo te oigo a ti. 
Diciéndome adiós. 
Noches en las que salto,  sin vértigo,  por el vacío que me has dejado.

Se te daba de puta madre eso de hacerme sonreír desde lejos, sin tocarme las cosquillas.
Apareciste deprisa, sin dejarme pensar y me enamoré del eco de tu voz,  de los castillos en el aire y del pacto que, en silencio, nos envolvía los kilómetros.

A mí me pudo el corazón y tiré la razón y los sucedáneos por la ventana de mi habitación, sin pensar en que lo de no pensar, al final, tiene consecuencias; pero yo soy de las que no piensa en que mañana te vas a ir, si no en que hoy estás aquí. 

Y así me va.
Y así nos fue;
Y así, no fuimos.
Y así,  te fuiste.

Cómo pude admitir que me ganases sin haberme sacado a bailar,
cómo no me di cuenta de que creerte por encima de mí iba a acabar conmigo.
Por qué aposté mi todo a cambio de tu nada.
Por qué arriesgué el amor que guardaba debajo de mi cama, dentro de mi caja de deseos imposibles, al primer amago de unos labios que me han hecho morder el polvo en vez de morderme mientras me echaban un polvo.

No me quiero admitir echándote de menos y me recreo en todos y cada uno de los momentos que nos garantizamos en el futuro y que tú te has atrevido a echar a perder con tus silencios recurrentes.

Me lo gritaron muchas veces,  pero no hay más ciego que el que no quiere oír 
y yo solo escuchaba tu voz, tu risa y nos miraba y nos relamía por tanta paciencia y esas ciento ochenta y cuatro noches esperando y repitiéndome por dentro 'que todo llega para el que sabe esperar'; 
pero tu nunca llegaste;
y yo te sigo esperando.

Nos escondimos en aquel octubre, debajo de un error que tapaba el siguiente,y así,hasta que llegamos a no llegar nunca a ningún sitio. 

¿Qué coño esperaba de ti si ni siquiera has sabido esperarme a mí?

Joder,que tú habrías sido el poema de mi vida. 
Te ofrezco mi verdad,como todas mis otras cosas;
puedes quedártela,
ya no la necesito. 

Qué cobarde y qué idiota y qué error el de hacerte un hueco en mayúsculas y que tu me hayas convertido en minúscula,en tragedia y en ruido. 

Mentías tan bien que todo me sabía a una verdad dulce y ese noviembre sin ti fue como hacerle el amor al invierno más bonito, fue como pintar flores y mandarte alguna que otra foto de mi sonrisa despeinada. 
Pero el calendario nos marcó la hora y me dí de bruces con toda la realidad, me choqué con todos los buenos días, la magia del 'te espero', el encanto del 'para siempre', los mensajes, las cartas, las canciones, los te echo de menos, el sexo a distancia y la imaginación derrochada.
Los secretos compartidos, los me apeteces a destiempo, los abrazos que nos faltaron, los tengo ganas de ti a todas luces, sin horas de por medio porque comíamos a base de esperarnos.

Nos merecíamos muchas noches de insomnio patrocinadas por mi entrepierna,
siempre nos quedó ese París que no nos hacía ni puta falta para enamorarnos.
Y todavía estoy esperando a que me prometas que no me quieres tener; porque te prometo que de todas las promesas que me mentiste,esa sería la más grande. 

Siempre nos quedará esa playa nevada. 

Siempre te quedarás con las ganas,pero no conmigo. 

Me merecía desayunos y sexo y que me apartaras el pelo cuando dormía para besarme;
me merecía que te enfrentaras a ti y al camino de ida y vuelta que había entre tú y yo.

No sé cómo he acabado en un laberinto en el que la única salida es tu boca.

Cómo me las he arreglado tan mal como para saber encontrar lo que no he buscado en mi puta vida.

Cómo has acabado doliéndome aquí, estando allí;
porque lo demás no, lo demás no te salió nada bien, pero dolerme te sale de puta madre.

Puedes soplar fuerte, beber mucho,  follar más,  correr lejos, acariciar sin parar y comértelas a pares;
pero los dos sabemos que,  tú allí y yo aquí, esos cuarenta y tres mil doscientos minutos fueron nuestros, que mataste a la mariposa a cañonazos;

yo, que siempre te he esperado desnuda por dentro y con la sonrisa de una niña maleducada que se relame después de haber comido cualquier dulce imaginando que era tu polla;
yo, que siempre amontonaba las ganas en los moratones de las rodillas y que no quería dormir para esperarte despierta,  pensando que ese día,  a lo mejor,  me dejarías besarte y te quedarías a desearme-la-suerte.
yo, que en vez de caer en la trampa he descubierto que caer es la trampa que me pusiste; el cepo de invitación a una despedida con cariño pero sin compasión por tu parte.
yo, que te hice el amor a la primera sonrisa, que jugaba contigo y me dejaba pillar teniéndote hambre y queriéndote morder hasta el ombligo dibujando con mi lengua algo parecido a un corazón para reescribir los nuestros que una vez estuvieron rotos.

Y tú;
tú buscabas la luz al final del túnel, querías desnudarme en la cocina y prepararme cola cao y tenías envidia de mi cama que me tocaba cada noche.
tú, me necesitaste hasta el punto de sobrarte todo lo que no era yo y era tu canción favorita y a veces, solo a veces, te disgustaba la duda de no tenerme en tu colchón para darme un beso en la mejilla cada vez que me movía al dormir.
tú,que cuando te ponías tonto me decías tonterías y hacías otras pocas para que me deshiciera en sonrisas y te pusiera una alfombra hecha del rojo de mis labios. 
tú,que me faltabas-al respeto todas las noches,no fuiste capaz de hacer que me sobraran motivos ni razones. 

Ya no me queda ni una puta nostalgia que darte. 

Tú, caíste en un pozo y en el fondo estaba esa boca que no era la mía. 
Te confundiste de estación y de tren y de boca y de vida. 
Te has confundido de vida. 


Pero que yo estoy bien. 
Estoy bien;con mis manías y mis viernes. 
Aunque a veces te echo de menos, más que menos y sigo sonriendo y me confieso culpable de haberte pensado más de lo que me podía permitir. 

Pero 

que yo estoy bien a pesar de cada noche;
que todavía soy capaz de cerrar los ojos y mirarte desde cerca;
que aunque sigo soñando contigo,ya no te quiero querer
y que mi número favorito sigue siendo el tres y ojalá te acuerdes de que el gris es nuestro color;
y que todavía tenemos pendientes más de mil películas que montarnos.




Llámame idiota,


pero por una puta fracción de segundo me he permitido creer que esta jodida historia,
no estaba tan jodida.

domingo, 16 de marzo de 2014


¿Ves esa chica del fondo? 

La del vestido negro y tacones de vértigo,a la que se le sale el corazón del pecho y desborda imaginación por los ojos y ganas por la boca. 

¿Ves a la chica de la barra? 
Apoyada en un vals, sujetando una copa de algo parecido a alcohol mezclado con miedo y un poco de deseo. 

¿Ves a esa chica sentada en aquel taburete? 
La que canta en silencio,sueña más despierta que dormida y está bailando esa canción que suena de fondo mientras tú la miras y te muerdes el labio de abajo pensando que debería mover las caderas,pero en tu cama. 

¿Ves a la chica que pide otra copa? 
La del cuerpo lleno de cicatrices escondidas en esa sonrisa misteriosa que deja entrever que es más de morir por amor que de vivir sin él. 

¿Ves la chica de ahí,a la que le alumbra la vela apagada? 
La que juega con su pelo y con tus ganas,la de los labios de rojo que deja huella sin tener que pisar,e
sa que tiene el invierno en la garganta y la primavera en los tobillos. 

La chica del fondo,la de la barra,la que está sentada en el taburete,esa que pide otra copa,la chica que desprende luz propia sin necesidad de velas.
Esa, ¿la ves? 

La que mira el fondo de la copa como buscándote, 
o buscándose,
o queriendo encontrar un futuro, aunque sea incierto.

Le han crecido las uñas, el pelo y la rabia.
A la chica esa; la de la barra, la de los tacones de vértigo y la prisa por quererte 
le puedes arrancar una sonrisa en el vértice de la calle mayor si sabes cómo convencerla de que el universo de tu espalda está a la vuelta de tu esquina.

La chica esa, la del fondo, la del vestido negro que no deja de bailar sin mirar alrededor, sin pensar en que ahora el pelo está más rizado que hace una hora y que le duelen un poco más los pies que el corazón. 

La chica de los tacones de vértigo,ya no tiene miedo a las alturas porque ella ya ha hecho ese papel y lo de volar(-se la cabeza)se le da muy de puta madre, y vomitar el corazón y escupir lo que se le atraganta en cuanto a sentimientos. 

Si la ves por alguna calle,fría,de Madrid regálale una flor,o un 'vamos que yo no me voy sin ti'. 

Si la ves por alguna calle,repleta de gente,de Barcelona cogelé la mano y bésale las rodillas como si así, el dolor, mitigara un poco y calmara la sed de justicia que pide por cada herida. 

Si la ves por alguna calle, llena de flores,de Sevilla,cántale una canción al oído e invítala a una copa que la incite a acordar cualquier pacto entre su boca y el suelo. 

Si la ves por alguna calle, llena de luces y canciones,de Granada,puedes refugiarte en su vestido negro y saltar desde sus tacones esquivando cualquier atisbo de mirada perdida y encontrando su boca en cualquier rincón de una espalda perdida.  

Si la ves por alguna calle, soleada de Valencia, corre detrás de ella y no la pierdas de vista, ofrécele poesías y hazla tu musa. 

Si la ves
cuando te gires..
es que te estás mirando en el espejo. 

Y resulta que la chica del vestido negro, de tacones de vértigo, la del fondo de la barra, la del taburete, la de la copa,la de Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada o Valencia eres tú. 

Descúbrete haciéndote cosquillas,
sé el tren que pasa, de largo.

Yo creo que vamos a tener que reinventarnos porque o el espejo está roto o te estás mirando mal;
y no puede ser que una primavera tan bonita esté tan rota.

Así que cógete de la mano
y córrete hacia allá para dejar espacio a la imaginación.

Florecer, duele;
pero qué quieres que te diga: todavía estás a tiempo de salvarte.

Verte feliz es como parecer otra pero siendo tú, 
y yo, a eso, lo llamo primavera.

viernes, 14 de marzo de 2014

Lo de confundir tu respiración con la mía porque estás tan cerca que no sé distinguirnos.

Quiero tu voz en mi nuca y mi aliento en tu espalda,
el roce de tu piel, suave, ahogando tu silencio en mis gemidos.

No saber hora,
ni sitio;
pero sí lugar:
tú.

No querer nada,
solo a alguien.
Y eso es mucho.
Todo.

No querer diferenciar entre tu cuerpo y el mío.


En mi sonrisa cabemos tú y yo,
y en mis lágrimas caben mis "te echo de menos cada noche y odio despertarme y no encontrarte buscándome".

Tengo una cama desierta y el tiempo vacío desde que existes pero no estás.

Yo soy de las que se enamora como una tonta,
pero folla como una hija de puta;
y mientras tenga tu cara entre mis piernas el mundo seguirá siendo un cabrón desalmado,
pero gritaré en silencio que nos hemos ganado.

He asustado al miedo,
y he basado todas mis mañanas en las noches que me has dolido.

Y ahora solo veo un sofá,
medias rasgadas,
y a mi;
con unas ganas locas de hacerle el amor al invierno
y que se corra en mi vestido,

y que le follen al desastre de no tenerte cerca,
y al fracaso de tenerte lejos.


He perdido la noción de mí misma y ya no sé si soy yo la que se muere,
o eres tú la vida que me falta.