martes, 26 de mayo de 2015

Perder.
Def. 1. Dejar de poseer determinada cosa a causa de alguna circunstancia.
Def. 2. Dejar de tener determinado sentimiento o actitud.


Me sé de memoria las siete sonrisas que tenía antes de ti.
Ya no atardezco como antes,
No encuentro razones
Y me levanto la piel buscando restos de saliva.
Si te digo la verdad nunca he sabido mentir.
Tampoco sé muy bien de lo que hablo,
Y mucho menos lo que escribo.

Tengo un nudo en la boca del estómago 
y no se deshace ni con los dientes de león.
Empecé a quererte un lunes y ahora los viernes me escondo entre gestos de indiferencia.
No sé distinguir entre el dolor y las ganas de follarte.
Tengo en el pecho un campo de flores y estás arrancando cada pétalo con violencia y sin cuidado.

Nunca estás cuando no necesito al resto.

Como si no supieses que a estas alturas lo que da miedo es no tener de dónde tirarse,
Porque el vértigo es que no te des cuenta de que todas las ventanas se están cerrando.
Tampoco me sorprende que ignores de qué manera se me hace sonreír.
Y no tengo ni puta idea de cómo hemos llegado hasta aquí 
Pero te juro que no quiero quedarme.

Tengo motivos de sobra para llorar,
Una sensación de tristeza constante 
Y el corazón de color negro funeral.

Nos estamos jodiendo la vida cuando deberíamos estar follando- nosla.

Todavía estamos a tiempo de ser canción.

Acuérdate; 
querer es poder 
y yo te quiero.

Hasta cuando no debo.


miércoles, 20 de mayo de 2015



Justo en el momento en que te has ido he entrado en pánico,
y te juro que quiero salir de aquí,
pero contigo.

Después de cualquier tormenta solo quiero tu cama.

Te prometo que voy a mirarte el resto de mi vida como si fuese la primera vez que te veo,
te aseguro que voy a matar al tiempo antes de que nos mate él,
te juro que voy a quererte para siempre con hambre y ganas.

Tengo todo el miedo del mundo y un montón de razones para ser feliz escondidas en tu boca.
Voy a masturbar el dolor para que te corras conmigo y a prometerte una casa en mis manos.
Hacerte el amor y deshacerte las ganas de llorar.
Matar cualquier duda, ahogarte en cosquillas, besarte el frío hasta convertirnos en incendio.
Voy a disparar a todos los finales porque no quiero despedidas.

Quería decirte que me he imaginado una vida sin ti y no me quiero nada.

Me giro y veo amanecer. Pienso en ti. Ando despistada hacia la cocina y me tropiezo con el frío. Pienso en ti. Leo, escribo y trabajo. Pienso en ti. Abro la puerta y ya no cierro nunca la ventana, hace calor. Pienso en ti. Me he quedado dormida y ya es tarde; no me da tiempo a decirte que desde que me levanto hasta que me acuesto: pienso en ti. Te escribo. Nunca es tarde si eres tú quien me espera.

Baila conmigo,
písame los pies,
imagíname feliz.

Y créetelo.


Llega siempre tarde.

Pero llega.


Olvídalo todo: voy a recordarte lo que es ser feliz.


No sé cómo acabar porque no quiero que esto termine;

buenas noches son porque estás a dieciséis canciones y respiras.
Buenas noches son porque miras en mi dirección.
Buenas noches son porque existes.


jueves, 7 de mayo de 2015




Al final siempre llega el final –no sé de qué me sorprendo-
Tengo un recuerdo clavado en la garganta
y todavía estoy intentando dejar de sangrar por tus mentiras.

Yo siempre he sido la tonta y tú el imbécil,
yo siempre he sido la canción y tú el ruido,
yo siempre he sido la puta y tú nunca has puesto la cama.

Has dejado de dolerme en el mismo instante en el que te he visto besar la tristeza de otras bocas.
Vuelvo, descalza, y me corto con todo lo que rompiste a tu paso.
No abandono las ganas de matar al silencio, a las horas y a los recuerdos.

He besado el suelo que pisas,
me he tragado tu pasado
y me he raspado con tu corazón.

Tampoco esperaba más de ti; nunca supiste quedarte cuando menos necesitaba al resto.
Nunca fuiste suficiente y a mí nunca me ha gustado ser indispensable.
Siempre quise matar a las princesas para que no me contaras cuentos.

No pienso pedir perdón por los golpes,
ni por la lluvia,
ni por los celos.
Tampoco por el olvido,
ni el miedo,
ni los silencios.

Me he quedado con toda la culpa y deberíamos repartirla a partes iguales;
tú quédate con los polvos que no me echaste 
y yo con la mano que nunca llegué a darte.

Me rindo. 

He salido a bailar.
Me he bebido Madrid y te he visto en todas las canciones.
He besado un par de bocas y me he follado al idiota de aquel bar de la esquina.
Me he subido la falda, 
me han metido mano 
y me he dejado la sonrisa en casa -no quiero perderla-.

Qué mal se llevan el amor y el sexo.
Qué mal llevo el amor sin sexo.
Qué mal llevo el amor.
Pero no el sexo.

Al final no pudimos salvarnos 
y si vuelves será para acabar con lo que nunca empezamos;

Supongo que algún día aprenderé a convertir la rabia en indiferencia. 
Supongo que algún día encontraré el buen camino y correré en dirección contraria.


Supongo que algún día…
tendré que dejar de ser tan zorra.

Y tú tan hijo de puta.