Justo en el momento en que te has ido he entrado en pánico,
y te juro que quiero salir de aquí,
pero contigo.
Después de cualquier tormenta solo quiero tu cama.
Te prometo que voy a mirarte el resto de mi vida como si fuese la primera vez que te veo,
te aseguro que voy a matar al tiempo antes de que nos mate él,
te juro que voy a quererte para siempre con hambre y ganas.
Tengo todo el miedo del mundo y un montón de razones para ser feliz escondidas en tu boca.
Voy a masturbar el dolor para que te corras conmigo y a prometerte una casa en mis manos.
Hacerte el amor y deshacerte las ganas de llorar.
Matar cualquier duda, ahogarte en cosquillas, besarte el frío hasta convertirnos en incendio.
Voy a disparar a todos los finales porque no quiero despedidas.
Quería decirte que me he imaginado una vida sin ti y no me quiero nada.
Me giro y veo amanecer. Pienso en ti. Ando despistada hacia la cocina y me tropiezo con el frío. Pienso en ti. Leo, escribo y trabajo. Pienso en ti. Abro la puerta y ya no cierro nunca la ventana, hace calor. Pienso en ti. Me he quedado dormida y ya es tarde; no me da tiempo a decirte que desde que me levanto hasta que me acuesto: pienso en ti. Te escribo. Nunca es tarde si eres tú quien me espera.
Baila conmigo,
písame los pies,
imagíname feliz.
Y créetelo.
Llega siempre tarde.
Pero llega.
Olvídalo todo: voy a recordarte lo que es ser feliz.
No sé cómo acabar porque no quiero que esto termine;
buenas noches son porque estás a dieciséis canciones y respiras.
Buenas noches son porque miras en mi dirección.
Buenas noches son porque existes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario